Carrion Crown - La Voluntad de Lorrimor
No nos lo podemos creer. En medio de la procesión del profesor Lorrimor, una muchedumbre de personas de la ciudad, Lepidstadt, ha venido para parar el entierro. Parece que creen que Lorrimor era un nigromante, un mago oscuro que trae a los muertos a la vida mediante ritos y magia. Nada más lejos de la verdad, pero para ellos solo su verdad es la que vale. Ni siquiera el hecho de que Kendra hubiera hablado ya con el párroco, el haber conseguido su permiso y el haber pagado por el entierro sirven para aplacar a la multitud.
Debido a que no querían marcharse ni lográbamos convencerlos para dejarnos pasar, casi hay un revuelta violenta ahí mismo, con el profesor en su ataúd. Sin embargo, y muy para mi sorpresa y para la de mi personaje, Simon, es el Antipaladín, el zombie, el que consigue paralizar a los ciudadanos por el miedo, evitando que las cosas lleguen a más. La sorpresa, ahora positiva, se muestra en el rostro de Kendra Lorrimor, que casi entre lágrimas le da las gracias a Zodd. Mientras, proseguimos con la procesión hasta el lugar del entierro, que ocurre sin más problemas.
Es solo después de todo esto cuando podemos reunirnos con el notario del profesor y así saber que dejó escrito en su última voluntad.
El profesor a legado casi todo a su hija y le da ciertas directrices sobre unos objetos que no debe tocar y el no entrar en su biblioteca personal. A nosotros, el grupo disparatado de aventureros nos deja una misión: devolver 3 libros a la universidad de Lepidstadt y un cuarto libro a un profesor de allí. Ambas entregas debemos hacerlas en mano. Nos aclara además que no podemos hacer las entregas hasta pasado un mes de su muerte. Por último nos pide que leamos los 3 libros que van a la universidad y cualquier apunte que pudiera haber en su interior. Es ahí, dice, dónde encontraremos una nueva misión qué hacer antes de tener que devolver los libros a sus legítimos dueños.
La pregunta que nos hacemos todos ahora es qué hay en esos libros, y sobre todo, por qué hacernos esperar un mes...
¡He aquí una imagen de la bruja, Freiya!
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